21 septiembre 2005

El condon: un arma contra el VIH/SIDA



La paradoja del sida, la mayor epidemia de la historia de la humanidad, es que se puede prevenir y se sabe cómo hacerlo. Hay dos estrategias claras: los programas de jeringuillas para evitar su reutilización por adictos a las drogas y la generalización del uso del preservativo.
Ambas frenan las dos vías de contagio de la enfermedad, pero han chocado con prejuicios culturales y sociales que han impedido su generalización.
A lo largo de los años 90 la sanidad pública comenzó a aceptar los programas de intercambio de jeringuillas. Su implantación logró frenar de forma drástica la epidemia en la mayoría de los países de Europa occidental, entre ellos España. Desde entonces, el consumo de drogas intravenosas ha dejado de ser en los países del oeste de Europa un foco importante de nuevos casos.
El contacto sexual, sin embargo, ha ocupado su lugar y se ha convertido en la primera vía de contagio del VIH. La complejidad de las relaciones sociales en África y Asia se señala como una de las causas del fracaso en la generalización del uso del preservativo.
El nulo apoyo de la Iglesia católica a la utilización del condón, que incluso ha utilizado su influencia para difundir mensajes claramente contradictorios con la evidencia científica, es otra de las razones que explican el fracaso de la estrategia más sencilla, barata y eficaz que se conoce para frenar el VIH y el resto de enfermedades de transmisión sexual.
(parte de un articulo publicado en elmundosalud.com)

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